El respaldo que le fue negado
Evidentemente formo parte de un escaso grupo de
personas que conservan su capacidad de asombro e indignación, por lo menos,
respecto a asuntos que nos afectan a todos, de manera directa o indirecta,
actual o futura. De lo contrario, resulta incomprensible e inaceptable que los
medios de prensa hayan informado que una Juez decidió separarse o excusarse de seguir
entendiendo en un juicio, denunciando haber recibido inaceptables presiones
políticas, sin que nadie haya reaccionado.-
La noticia pasó – casi – desapercibida, para
los mismos medios de prensa, y para la sociedad, que no se manifestó en las
redes sociales. Ni siquiera lo hicieron los más “sensibles” indignados de
siempre, y solo la falta de comprensión de la gravedad del hecho, podría explicarlo.-
Los políticos, tanto afines al Gobierno, como
de la oposición, guardaron absoluto silencio, aunque ello no debiera extrañar a
nadie, pues serán los más interesados en evitar el debate sobre este tipo de
temas, y las razones están a la vista.-
La independencia del Poder Judicial, nunca ha
sido abordado con seriedad por los actores políticos, quienes se limitan a
incluir en sus discursos electorales críticas y promesas de reforma
constitucional con el alegado propósito de asegurar a los Jueces independencia
y autonomía, frente a los demás poderes del Estado, actores y sectores
políticos
En cada campaña electoral, todos los candidatos
coinciden en la necesidad de modificar la Constitución para reformar el Poder
Judicial, a fin de hacerlo eficiente, honesto e independiente. Pero nada más al
día siguiente, tales proclamas y proyectos terminan en el basurero, porque a
ningún político interesa modificar el estado actual de la Justicia. Hacerlo
sería conspirar contra sus propios intereses.-
La dinámica del sistema democrático ha dejado
en claro, que la oposición de hoy, puede ser Gobierno mañana, y los motivos que
hoy tienen para criticar al sistema judicial y a los Jueces, serán exactamente
los mismos que habrán de servirles (a ellos) en el futuro.-
Para ser honestos y objetivos, quienes desde la
oposición critican el sometimiento de los Jueces al poder político (la mayoría
de las veces con razones fundadas), cuando fueron Gobiernos, o cuando lo sean,
no harán absolutamente nada para corregir la debilidad institucional del Poder
Judicial, porque en esas circunstancias, serán ellos los que ejercerán
influencia, convirtiéndose en beneficiarios de los ilegítimos métodos que hoy
critican.-
Cuando se llenan la boca de promesas de
“renovación” de Justicia, lo que en realidad plantean y llevan a cabo, es la
sustitución de algunos Miembros de la Corte Suprema, para asegurar la presencia
de leales, que actúen como verdaderos operadores, garantizando resultados
satisfactorios.-
Resulta claro, que nuestra Administración de
Justicia tiene y mantiene una conformación plural, si nos detenemos en los
orígenes, vinculaciones y/o simpatía política de sus integrantes, desde la
Corte Suprema, hasta el último Juez de Paz, porque mediante un perverso esquema
de distribución de cupos partidarios, se ha logrado un débil equilibrio de
fuerzas políticas, que permite a dirigentes, caudillos y caciques ejercer
influencia sobre los Jueces, condicionando sus decisiones, conforme sus
voluntades e intereses interés.-
Es por eso que, cuando la Juez Laura Ocampos
Fernandez denuncia que ha sufrido “…fuertes
presiones políticas recibidas el pasado fin de semanas…” y se excusa de
seguir juzgando un proceso a su cargo, ningún político se asusta o se
escandaliza.-
Eso mismos políticos que criticaron o defendieron
al Juez que tramitó el Amparo del Gobernado Friedmann, o los que “declararon
certeza Constitucional”, no corrieron a solidarizarse con la Juez Ocampos, ni
siquiera fueron a interiorizarse de los pormenores del hecho para tomar ellos
la iniciativa de radicar una denuncia ante el Ministerio Público, que obligue
la realización de una investigación y permita el castigo de lo que se presenta
como un claro caso de “instigación” (Art. 30 del C.Penal) a la comisión del hecho
punible de prevaricato (Art. 305 del C.Penal).-
En realidad, si tuviéramos un Ministerio
Público que reflejara las mejores virtudes y valores de nuestra sociedad, sería
innecesario que alguien denuncie formalmente el hecho. Inmediatamente habría
iniciado la investigación, como rutinariamente lo hace con ladrones de
gallinas, pero aun así, hubiera sido necesario un gesto o una manifestación de
respaldo Institucional al sistema judicial, a sus integrantes, y en especial a
la Juez presionada.-
El panorama es – sin embargo – mucho más
deprimente y desolador, si procuramos entender la “reacción” de la Corte
Suprema de Justicia, que dispuso la realización inmediata de una auditoría a la
causa.
¿Qué pretende la Corte? ¿Acaso una auditoría de
gestión judicial puede revelar la existencia de presiones o identificar a su
responsable?
No tendría que extrañarnos que la “auditoría”
concluya que la Dra. Ocampos es la única responsable de los hechos que
denunció, porque, van pasando los días, y la Corte o su Presidente, como
tampoco los gremios de Jueces (menos los de Abogados) han emitido – cuando
menos – un comunicado manifestando preocupación, o brindando respaldo a la
labor judicial. Ni siquiera las tradicionales expresiones de solidaridad mal
entendida, complicidad o protección para asegurar impunidad, a las que nos
tienen acostumbrados ante las denuncias de ineficacia, ineptitud o venalidad
judicial.-
Es evidente que no les importa o no les
interesa, porque ante el aleve ataque a la independencia del Poder Judicial un Juez
necesita el respaldo institucional de todo el sistema, incluyendo a los más
altos responsables de la administración de justicia, los Abogados, y la
sociedad, sin embargo, nada de eso ha ocurrido en el caso de la única Juez que
hasta hoy día ha tenido el coraje de denunciar tan inmoral e ilícita realidad.-
Jorge
Ruben Vasconsellos