Feliz 2017 !!!
Con el inicio de un nuevo año, es
casi natural que se renueven esperanzas y expectativas. El deseo de un “Feliz 2017”
lleva implícito – además – la convicción de que el anterior no fue del todo
bueno, que existen muchas cosas por corregir y mejorar. A nadie se le ocurre
expresar deseos de un nuevo año igual al anterior.-
Mis deseos de un Feliz 2017,
encierra fundamentalmente la esperanza de que en este año que se inicia,
comience el proceso de cambio de paradigmas que han obstaculizado, de modo
sistemático, la consagración del Estado de Derecho y la vigencia plena de los
Derechos Humanos en nuestro país.-
Thomas Woodrow Wilson, abogado,
político y expresidente de los Estados Unidos (1913-1921), hace aproximadamente
cien años sostuvo que “La historia de la
libertad es la de la lucha por limitar el poder del gobierno”.-
Esta reflexión, que representa con
claridad existencia de una tensión permanente entre el Poder del Estado y el
ciudadano, parece no compartida por muchos, en nuestra sociedad, porque, a
pesar de los grandes avances que se han registrado en los últimos veinte y
cinco años, en nuestro país, la sociedad en su conjunto no ha acompañado ese
proceso de evolución.-
A partir de 1989, el Paraguay se ha
adherido a Tratados, Convenios y Acuerdos Internacionales, de protección y
promoción de Derechos Humanos, de alcance regional y global, consagrando
principios rectores de observancia obligatoria en el relacionamiento entre el
Estado y el ciudadano, con el propósito de garantizar la vida, la libertad y la
propiedad de los individuos.-
Se ha proclamado, por adopción de
normas supranacionales, la presunción de inocencia, el principio de legalidad
penal (no hay crimen, ni pena, sin ley penal previa), el irrenunciable derecho
a la defensa, el derecho a un juicio justo, con las debidas garantías, la
prohibición del doble juzgamieto. En el orden interno, desde la sanción y
promulgación de la Constitución de 1992, del Código Procesal Penal, del Código
Penal, y otras leyes de menor jerarquía, tuvieron como propósito bajar al plano
operativo esos derechos y garantías.-
La primera década transcurrida
desde la instauración del régimen de democrático y de libertades públicas
(1989-1999) que parecía conducirnos a estadios superiores de convivencia social,
se cerró con el doloroso saldo de una decena de ciudadanos muertos y cientos de
heridos, quienes ejerciendo su derecho a la manifestación, lograron derrotar un
proyecto político autoritario y totalitario.-
Después del glorioso y doloroso
Marzo Paraguayo, se inicia el segundo tramo de la transición, con la entrada en
vigencia de un nuevo sistema de persecución y represión, concebido bajo los
estándares internacionales de justicia, pero poco tiempo después, todos los
sectores políticos y sociales manifestaron su disconformidad, su malestar y sus
críticas; y las autoridades, con un sentido más populista que científico,
iniciaron el proceso de contra-reforma, dando marcha a la involución y el
retroceso.-
Las cárceles, que habían comenzado
a constituirse en albergue de condenados, volvió a repoblarse con procesados
sin condena, y se desató una brutal carrera por volver a la práctica que
pretendía superarse. La prisión preventiva se convertía nuevamente en una
condena anticipada.-
Para llenar nuestras cárceles de
presuntos inocentes, modificamos las leyes, endureciendo las condiciones para
el otorgamiento de la libertad, la concesión de medidas alternativas, la
eximición de prisión y la excarcelación.-
Ante la mirada impasible y hasta
complaciente de amplios sectores sociales, se condicionó la labor de los
Jueces, amenazándolos con sanciones y destituciones, por “liberar detenidos”,
afirmándose que las penitenciarías tenían “puertas giratorias” que facilitaban
la salida de los aprehendidos de la policía.-
El reclamo social de “cárcel para
el delincuente” en los oídos de incapaces, fue entendido como “cárcel para los
sospechosos”, y esos mismos incapaces, ni siquiera se tomaron el trabajo de
informarse que según la Constitución Nacional “…La prisión preventiva sólo será dictada cuando fuese indispensable en
las diligencias del juicio…”, y que a la pena corresponde “…la readaptación de los condenados y la protección
de la sociedad…”.-
Todos los Poderes del Estado, son
responsables de este retroceso. Todos han permitido, tolerado y propiciado que
nuestras cáceles se encuentren abarrotadas de presuntos inocentes. Que casi el
ochenta por ciento de la población carcelaria actual no haya accedido a una
Sentencia Definitiva condenatoria o absolutoria, porque han privilegiado la
prisión preventiva. Porque lograr el encarcelamiento provisorio ha constituido
su único objetivo y propósito.-
Lo peor de todo, es que – en el
tercer tramo de nuestra “evolución” – se pretende bajar la edad de imputación,
incluyendo a niños en el sistema penal y carcelario, por no han comprendido
jamás que el filósofo (y matemático) Pitágoras tenía razón al decir: “Educad a
los niños y no será necesario castigar a los hombres”.-
Si se nos puede juzgar por la forma
en que tratamos a nuestros presos, no quiero imaginarme el juicio que nos
merecemos por la forma en que pretendemos tratar a nuestros niños.-
Con un Poder Judicial que presume
nuestra culpabilidad desde el principio, no necesitaremos construir escuelas,
sino reformatorios, porque, así como han dicho otros, en nuestro país,
lamentablemente se ha reinstalado un sistema por el cual "No nos investigan para detenernos. Nos
detienen para investigarnos".-
Así las cosas, todo indica que el
año próximo, en materia de libertad, seguridad y justicia seguiremos
retrocediendo como el cangrejo. Solo por educación debemos decir “Feliz 2017
!!!”.-
Jorge Rubén Vasconsellos