Carta abierta a un Ministro de Corte
El Ministro Víctor
Manuel Núñez Rodríguez, convocó la semana pasada a una conferencia de prensa,
en su condición de Miembro de la Corte Suprema de Justicia, y aunque no escuché
íntegramente sus manifestaciones, he tomado nota de algunas de ellas,
reproducidas por los medios de prensa. Las que me llamaron la atención, y creo
que son las más relevantes.-
“…Nunca
he tenido temor de dejar el cargo, porque el cargo no es mío, yo fui puesto por
Dios y voy a ser sacado el día que Dios quiera…”, habría dicho Núñez
Rodríguez en su rueda de prensa.-
Sin embargo,
permítame, señor Ministro, recordarle que Ud. no es el mesías, es apenas quien
fue designado por la Cámara de Senadores, con el Acuerdo del entonces
Presidente de la República, para ocupar el cargo.-
Fue nombrado por el
mismo sistema que hoy amenaza con removerlo, y su Ud., Ministro Nuñez, ¿Por qué responde que no va a someterse a un juicio
político?.-
Cuando fue
preguntado por los periodistas si renunciaría antes de someterse a un juicio
político respondió: “….¡Cómo quieren que me vaya, che!. No voy a asistir a un juicio político, si eso es un
circo. ¿Quieren que me vaya al circo de los leones?...”.-
En qué quedamos entonces? Si el juicio
político es un circo romano, corríjame si estoy equivocado cuando le recuerdo
que su designación como Ministro de la Corte Suprema de Justicia es el
resultado de la destitución de sus
antecesores en el cargo, mediante el mismo procedimiento que usted califica hoy
como “circo”. El Juicio Político – en ese entonces – fue un acto solemne que
sirvió para abrir paso a que – conforme
la voluntad de “Dios” Usted acceda al cargo, entonces ¿ es un circo cuando puede
tener como resultado su destitución?.-
Si efectivamente el
Juicio Político es un circo ¿Por qué desde el alto cargo judicial que ejerce no
se encargó de corregir sus excesos y/o defectos durante todo el tiempo que
lleva en ejercicio de sus funciones?
Evidentemente el
Ministro Núñez olvidó que el mismo fue miembro de la Convención Nacional
Constituyente en el año 1992, que diseñó el actual sistema de remoción de
Miembros de la Corte Suprema de Justicia por la vía del Juicio Político.-
Olvidó también que
en ejercicio del cargo tuvo en sus manos la posibilidad de declarar “circo” los
enjuiciamientos de los anteriores Ministros (Sapena,
Sosa Elizeche, Fernández Gadea, Irala Burgos,
Paredes), en inclusive el juicio al entonces Presidente Lugo.-
El Ministro Núñez,
tiene una memoria bastante frágil, o de lo contrario cree que los demás
padecemos de amnesia.-
Nuestra memoria
conserva aún sus palabras, cuando, en el mes de setiembre de 2012, anunciaba: “…Tengo el ánimo y las ganas de seguir, pero considero que es la hora de
retirarme, para dar paso a la renovación…”
Recordamos,
también, que en de abril de 2013,
renunció a varios cargos que ocupaba en la máxima instancia judicial limpiando
el camino para dimitir, teniendo en cuenta que ya lo había señalado el año
anterior.-
No sé si el
Ministro Víctor Manuel Núñez no tiene memoria o no tiene palabra, pero, lo que
definitivamente resulta contradictorio es que, quien se siente enviado por Dios
para ocupar un cargo en la Corte Suprema, califique al organismo como un
“infierno”, al que se aferra con todas sus fuerzas en cumplimiento de “…un pedido especial…”, que dice haber
recibido.-
Sería bueno, y
honesto, de su parte que informe a la sociedad quien o quienes le “pidieron”
que forme parte del “infierno”.-
Sería bueno y
honesto – igualmente – que informe a la sociedad las razones que tiene
para afirmar que la Corte es un
infierno, y nos cuente que ha hecho durante los once años que lleva en el
cargo, para modificar ese estado de cosas.-
Si fuera cierto que
la Corte es un infierno, y el Ministro Núñez es un enviado de Dios,
evidentemente fracasó en la misión divina que le fue “encomendada”.-
El “sacrificio” al
que se sometió Núñez Rodríguez por “decisión divina”, tuvo sus compensaciones,
tanto él como su familia, amigos y allegados, que – quizás también porque Dios
– deseó han formado parte de la planilla de salarios del Poder Judicial.-
Pero volviendo
sobre el “infierno”, sería bueno y honesto que Ud., Ministro Víctor Manuel Núñez Rodríguez, denuncie las
“diabluras” de sus colegas, y nos cuente, sin tapujos lo que pasa en ese
“infierno”, porque todos sabemos que no es el único responsable de la mala
calidad de la administración de Justicia en el Paraguay, y fundamentalmente,
porque su silencio no puede calificarse como prudencia, sino como encubrimiento
y complicidad.-
Jorge
Ruben Vasconsellos